Hace ya unos cuanto añitos, tuve la oportunidad de realizar un curso en el IESE, una de las mejores escuelas de negocio del mundo, no lo digo yo, lo dicen diversos rankings, y con toda mi sinceridad lo ratifico. En el IESE se emplea un método de aprendizaje que es fantástico, "el método del caso", se situa al alumno ante una situación determinada, y se le pide una solución a un problema, no hay límites, los límites los pone el alumno y sus compañeros. En mi estancia en el IESE, tratamos el caso de Kodak.
Kodak es una compañía con sede en Rochester (Nueva York), dedicada a productos y servicios fotográficos, fundada hace 130 años, por George Eastman, un humilde hijo de inmigrante inglés, que enamoró a los consumidores con unos precios más económicos y un invento revolucionario: el carrete. Las primeras de estas cámaras estaban preparadas para tomar cien imágenes. Kodak se encargaba después de revelar la película y devolver el aparato a sus propietarios, listo para hacer otras cien fotografías.
Durante el último año se ha desplomado un 90 % en bolsa, en medio de los rumores sobre su posible situación de concurso de acreedores, a la que finalmente se ha adehrido en este mes de enero. El motivo de declararse en concurso de acreedores voluntario es claro, beneficiarse de la protección que ofrece el capítulo 11 de la Ley de Quiebras de EEUU, y posibilitar un cambio en su estructura de negocio con el que busca acelerar su transformación en una empresa digital.
Aun me acuerdo, cuando iba con mi padre a comprar los carretes para la cámara de fotos antes de un viaje, y después del viaje llevabamos con ilusión los carretes para que nos revelaran las fotografías y poder verlas en familia en un albúm de fotos. Algunos de vosotros no sabréis de que os estoy hablando, pero era uno de los mejores momentos después del viaje.
El negocio de Kodak, era espectacular, crecía y crecía, pero con la aparición de las cámaras digitales, recordaros que el inventor de la cámara digital, Steve Sasson, había sido un ingeniero de la casa, se quedó dormida, no fue capaz de adaptarse y preveer los cambios que se vislumbraban, lo que le fue arrinconando del mercado hasta situarlo en esta situación de , recordemos concurso voluntario, mediante la que el presidente y consejero delegado de Kodak, el español Antonio Pérez, buscará transformar la compañía, es decir aplicar una estrategia de Turnaround de la que ya os he hablado en otros posts. En la actualidad, la imagen digital representa el 75% de la facturación del grupo y Citigroup le ha concedido un crédito de 950 millones de dólares (748 millones de euros) con vencimiento a 18 meses que empleará en mejorar su liquidez, a la vez que venderán una serie de patentes para rentabilizar los derechos de propiedad intelectual no estratégicos y concentrar sus esfuerzos en las líneas de negocio más rentables.
¿Creéis que Kodak será capaz de salir del concurso y resurgir de las cenizas?
Un saludo,
Carlos del Val.